Por Pablo Sieira
Los aumentos de tarifas de 2018 generaron una fuerte crisis interna en Cambiemos que llegó hasta el Congreso y la historia amenaza ahora con repetirse, agravada por las heridas que quedaron abiertas y por las tensiones lógicas que derivan del proceso electoral.
El incremento que anunció a principios de año el entonces ministro de Energía Juan José Aranguren generó obvias críticas de la oposición y sorpresivos cuestionamientos por parte de la UCR -con el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, a la cabeza- a los aliados del PRO.
La crisis derivó en una compleja esgrima entre Cambiemos y el peronismo en el Congreso, donde la oposición impulsó un proyecto para morigerar los aumentos que finalmente fue vetado por el presidente Mauricio Macri. En aquel entonces, uno de los argumentos del peronismo fue que la discusión había nacido en las filas del oficialismo, en referencia a las críticas radicales.
La historia se repite: se anunciaron fuertes aumentos para 2019 y, un día después, Javier Iguacel renunció a la Secretaría de Energía, al igual que lo había hecho Aranguren en su momento, mientras que la oposición anuncia que intentará frenar la suba con presentaciones judiciales y proyectos de ley como el que presentará la diputada nacional Victoria Donda.
El Gobierno, que no logró frenar la avanzada opositora de este año y se vio obligado a terminar en el veto, aparece con menos posibilidades todavía de frenar la de 2019.
Si la UCR criticó a sus aliados en 2018 por temor al costo político que Cambiemos pagaría por el “tarifazo”, su reacción podría ser la misma (o peor) en un año electoral en el que, además, encara una negociación compleja con el PRO por el armado de las listas.
El PRO respalda la candidatura de Omar de Marchi, intendente de Luján de Cuyo, como gobernador de Mendoza e incrementa así la tensión con Cornejo, que impulsa a su ministro de Economía, Martín Kerchner, como sucesor.
También hay mucha tensión en Córdoba, donde el radical que quiere pelear la gobernación con el apoyo de todo el frente Cambiemos es ni más ni menos que el jefe del interbloque de diputados del oficialismo, Mario Negri.
A estos dos hechos se debe sumar que la relación entre el presidente Mauricio Macri y la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, está totalmente dañada y la diputada no deja de dar señales de enojo con el Gobierno.
La lista de episodios que sugieren que Cambiemos no está en la mejor posición para enfrentar una posible “remake” de la avanzada opositora de mayo pasado no termina ahí: el diputado nacional del PRO Gastón Roma (Tierra del Fuego) se animó a criticar a los principales dirigentes de su propio partido.
Roma admitió estar “un poco desencantado” con la gestión de Macri y repartió críticas para el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y para el jefe de su bloque, Nicolás Massot, a quien acusó de haberle bajado contratos en un presunto acto de revancha por su voto a favor de la legalización del aborto.
Si el año que se va fue movido para el Gobierno, el que empieza puede ser una montaña rusa.